El Libro Sellado de las Planchas de Mormón
TESTIMONIO DEGOS TESTIMONIO DE TRES TESTIGOS
Por el poder y la misericordia de nuestro Padre Celestial y de nuestro Maestro y Redentor, sí, Jesucristo, damos nuestro testimonio a todas las naciones.
La naturaleza de este testimonio es describir brevemente lo que vimos, oímos y tocamos:
Después de algún tiempo de convivencia que tuvimos con Mauricio Berger, que nos contó los sucesos ocurridos en el monte Agudo, decidimos acompañarlo a la montaña. Podemos afirmar que todo lo que vimos allí tenía un carácter extraordinariamente sagrado. Las oraciones y alabanzas ofrecidas al Señor, en ese lugar, buscando hacer la voluntad del Padre, dieron como resultado la visita de seres celestiales. Las instrucciones, recibidas directamente del Ángel Moroni, son eventos que marcaron nuestras vidas para siempre. Estrechamos su mano y recibimos de él las planchas de oro, las piedras traductoras y la espada de Labán, que una vez estuvo en posesión del profeta Joseph Smith Jr. Esta sublime circunstancia tuvo un poderoso efecto en nuestras creencias ampliando nuestra percepción a esta gran y maravillosa obra.
Afirmamos que por el poder de Dios se traducirá el Libro Sellado de Mormón contenido en las planchas.
Sabemos, por tanto, que la traslación tendrá lugar en Dos períodos de tiempo. La primera parte, que corresponde a Maurício Berger (en cumplimiento de la profecía de (2 Nefi 27:21-26), para llamar de nuevo a su pueblo al arrepentimiento. Al terminar la traducción, entendemos que se cumple lo que está escrito en (2 Nefi 30:3), donde está claro que este registro será sellado de nuevo para el Señor, de acuerdo con (Éter 4:7), calificando a Su pueblo para recibir la segunda parte.
Ponemos nuestro testimonio a disposición del mundo con un profundo sentido de gratitud y responsabilidad hacia Dios, que dirige esta obra. Afirmamos solemnemente que por nuestra fidelidad a este testimonio nuestras ropas estarán limpias en el último día. En vano será levantarse contra la obra de Dios. El honor y la gloria sean por siempre y para siempre al Padre, a su Hijo Jesucristo y al Espíritu Santo, a quienes confiamos la realización de esta gloriosa obra. Amén.
JONI C. R. BATISTA
WAGNER ZEPPENFELD
VALDECI OLIVEIRA