El Libro Sellado de las Planchas de Mormón

Hechos de los Tres Nefitas

Escrito por Jonás, hijo de Nefi, discípulo de Jesús, y entregado a
Mormón en la ocasión en que los tres discípulos ministraron
junto a mí y a mi hijo, Moroni.

CAPÍTULO 1

1 CUANDO intentamos comprender los procedimientos de Dios desde una perspectiva humana, todo el resto de la historia que se nos cuenta parece una fábula, a no ser que Dios conceda a los hijos de los hombres, según la atención y diligencia que le dediquen, conocer sus misterios.

 

 

2 Con respecto a esto, he aquí que fue profetizado por los profetas de la antigüedad que estos registros serían sellados, guardados y preservados por la mano del Señor hasta que fueran dados a conocer a todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos; para que pudieran conocer los misterios de Dios contenidos en ellos.

 

 

3 Y ahora, antes de que supongas que esto es una tontería, deseo recordarte que hay muchos misterios que permanecen ocultos, que nadie conoce sino Dios mismo. Y he aquí que es por la sabiduría de Dios que estos registros han sido preservados, con el propósito de ampliar el conocimiento de su pueblo en la plenitud de los tiempos; siendo un instrumento en las manos de Dios para cumplir sus grandes y eternos designios entre los hijos de los hombres.

 

 

4 Recordando, además, que la necedad presentada por Dios, en el curso de todas las dispensaciones, ha sido el medio por el cual el Señor ha confundido a los sabios y a los maestros de la ley en su pueblo, para realizar su obra entre aquellos que, según la atención y la diligencia que le dedican, llegan a comprender sus misterios, y a traer la salvación a sus almas.

 

 

5 Por lo tanto, aquellos que no endurezcan sus corazones cuando estos registros sean finalmente revelados a los hijos de los hombres, serán dotados de sabiduría para entender la mayor parte de la palabra ya revelada, hasta que los misterios de Dios sean dados a conocer en su plenitud. Pero aquellos que endurecen sus corazones cuando estos registros aparezcan entre ellos, incluso el conocimiento que poseen de los primeros libros revelados, se volverán obtusos en sus mentes, hasta que no sepan nada de sus.

 

 

6 Este registro, por lo tanto, cuando sea concedido a los hijos de los hombres, será un misterio grande e importante, entre los misterios de Dios; y, por esta razón, no puedes suponer en tu intelecto que es fácil de entender; porque las cosas escritas aquí no siguen los eventos en orden cronológico; pero, como con todas las otras escrituras que nos fueron dejadas por los antiguos profetas, los acontecimientos futuros se anteponen a los temas predominantes, y se vuelven a entrelazar en la misma trama de la historia estando escritos el presente y el pasado; para que, según los dictados del cielo, esta maraña de información componga la sustancia de la fe en los sentimientos de aquellos cuyos corazones son receptivos a la palabra de Dios, por medio del Espíritu Santo.

 

 

7 Así, deseo recordar lo dicho por Alma, que "la fe no es un conocimiento perfecto". Lo mismo ocurre con estas palabras mías. Al principio puede que no tengas ninguna certeza con respecto a ellas, hasta que despiertes tus facultades espirituales poniendo a prueba las palabras de este registro como resultado de lo que fue escrito por los profetas de antaño, ejerciendo una partícula de fe en tu búsqueda del conocimiento de los misterios de Dios, aunque sólo tengas el deseo de conocer la verdad detrás de mis palabras, y deja que ese deseo opere en tu corazón y en tu mente hasta que comprendas la plenitud de esos misterios, para que con toda diligencia añadas a tu fe la virtud de esta nueva percepción.